“NO TE TOMES NADA PERSONALMENTE”
La importancia personal, esto es, tomarse todo personalmente, es la expresión máxima
del egoísmo pues implica la creencia de que todo gira a nuestro alrededor.
Todos vivimos en nuestro propio sueño, en nuestra propia mente.
Lo que cada persona hace y dice responde a los acuerdos que ha establecido en su propia
mente, los que ha establecido conforme a su domesticación.
Si le decimos a otro: -Eres un tonto, nos estamos refiriendo a nosotros mismos, pues lo
estamos diciendo basándonos en nuestras creencias, conceptos y opiniones.
Tomarnos personalmente algo que otros nos dice implica tomarnos su veneno, su magia
negra y de esa manera nos convertimos en presa de esa opinión.
Si evitamos tomarnos personalmente las opiniones ajenas nos hacemos inmunes a ese
veneno.
Al tomarnos personalmente las cosas, sentimos que nos agreden y reaccionamos para
defendernos generando conflictos. Sentimos la necesidad de tener razón.
Digámonos: “lo que pienses de mi no es importante para mí y no me lo tomo
personalmente”.
Si nos enfadamos con otros en realidad nos estamos enfadando con nosotros mismos ya
que el enojo obedece a una reacción que proviene de nuestro propio sistema de
creencias.
Nos enfadamos porque tenemos miedo, porque nos enfrentamos a nuestro miedo.
Si no tenemos miedo, si amamos, no hay lugar para el enfado.
Amamos todo lo que nos rodea cuando nos amamos a nosotros mismos, cuando logramos
superar el miedo y en consecuencia el enfado.
Para elegir correctamente, más que confiar en los demás, es necesario confiar en uno
mismo.
Al no tomar nada personalmente podemos empezar a romper muchos pequeños acuerdos
internos que nos hacen sufrir.
Si elegimos seguir nuestro corazón sin tomarnos nada personalmente, aunque estemos en
medio del Infierno, experimentaremos felicidad y paz interior, permaneceremos en un
estado de dicha.
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